martes, noviembre 23, 2010

The search for Philip K Dick

Philip y Anne Dick en los años 60.
Anne Dick vive en la exacta misma casa en la que conoció a Philip K Dick. En 1958 él era un hombre casado y ella una reciente viuda llamada Anne Rubinstein. Él había llegado a Point Reyes Station algunos días antes de ese encuentro inicial, a instalarse junto a su segunda esposa, Kleo Mini, en la apacible cotidianeidad de un pequeño pueblo rural ganadero situado en West Marin County, a unas dos horas de Berkley, ciudad de donde era oriundo. La calma duró poco.

Es dificil saber exactamente como ocurrió por que tanto Anne como Kleo tienen su versión de los acontecimientos. El asunto es que al conocer a Anne, Philip dejó a Kleo y se instaló en la casa que la viuda compartía con sus tres hijas -la cuarta llegaría algún tiempo después, sería la primera de PKD-.

Los años de Philip y Anne fueron de lo más productivos para el autor de "The man in the high castle" (1962). De hecho, esa misma novela, la primera que le valió cierto reconocimiento en el ambiente de la ciencia ficción, fue escrita en ese período que compartieron entre 1959 y 1965, aproximadamente. También en esa época, sobre el final del vínculo, publicó "The three stigmata of Palmer Eldritch" que es, a mi juicio, uno de sus mejores textos y una de las primeras huellas de lo divino como parte central de su vida y su obra.

Anne contó repetidamente que escribía casi todos los días como un desquiciado en una casucha que quedaba a pocos metros de su morada; "The Hovel" era el refugio de un PKD en sus treintas y ya autor, para entonces, de un número de cuentos y novelas nada despreciable en calidad ni en cantidad.

Los años de Philip y Anne fueron también de lo más tormentosos. La pareja no hacía pie en la dura realidad económica de un escritor de ciencia ficción y los magros ingresos se sumaban a las dificultades que tenían para comprenderse. La risa de Anne al narrar algunos de estos acontecimientos me hicieron pensar que para ella, aquellos tiempos, vistos hoy a la distancia, deben resultar surrealistas.



En algún momento se volvieron adictos al I Ching, lo utilizaban para todo, incluso para decidir si debían cambiar el auto. El tono de las peleas subía constantemente y la violencia se afincaba en el hogar mientras la vajilla volaba por la casa. Sobre el final de la relación, con la ayuda de un psiquiatra amigo, Philip consiguió internar a Anne en un manicomio. Cuarenta años más tarde Anne me diría que después de todo la experiencia había sido interesante. Luego vino el divorcio y Philip iba y venía de la casa de Anne. Incluso, asegura Anne, en una oportunidad en que ella fue a buscarlo a Oakland, Philip la recibió con una pistola en la mano.

En el 59, cuando la relación aún se encontraba en pleno idilio, Philip escribió "Confessions of a Crap Artist", una de sus contadas novelas "serias" y la única de ese estilo que fue públicada mientras vivió (1975). Como si hubiera sido capaz de preanunciar la avalancha que venía, Dick le dió vida a Fay, el personaje femenino inspirado en la percepción que ya tenía de su tercera mujer.

Yo conocí a Anne en 2006. La entrevisté en esa misma casa para un documental sobre PKD que produjo Martin Florio y que, aunque tuvo poca repercusión, en la época de su estreno era de lo más completo en el recorrido estrictamente biográfico del artista. La experiencia estuvo plagada de peculiaridades y novedades para mi. Era la primera vez que yo me encontraba con un proyecto en apariencia peregrino que demandaba largas y estresantes horas de trabajo: un grupo de inexpertos deseaban producir desde Argentina un material en Inglés que recorriera el mundo. Todo eso fue, ciertamente, con sus buenas y malas, inolvidable.

En aquel encuentro con Anne no tardé en descubrir que su carácter merecía ciertas precauciones. Apenas después de que llegamos a su casa salimos a almorzar y nos demoramos más de la cuenta. Anne, que nos esperaba preparada para la entrevista, enfureció con cierta razón. Para colmo, nos hospedábamos en su misma casa devenida hostería: seven gray foxes.

Con el paso de las horas logramos aflojarla y seguimos adelante con lo planeado. Desde entonces mantuvimos un esporádico contacto por email que cada vez se fue espaciando más pero nunca se cortó del todo. Ella había sido de enorme ayuda en la investigación de la película. De hecho, antes que ninguna otra, leí su biografía de PKD. Me la había enviado por mail en word perfect. La imprimí, la marque y y apunté toda y le hice toda clase de preguntas que ella contestó gustosa. Fue generosa al compartir teléfonos de antiguos amigos y ex parejas, aportando sugerencias de posibles entrevistados, prestandonos fotos e intentando facilitarnos el contacto con su hija Laura, a cargo del "state" de su padre.

Su biografía fue la primera. De allí partieron los trabajos de sus biógrafos más reconocidos: Lawrence Sutin y Emanuelle Carrere.

"The search for Philip K Dick" se publicó en 1993, editorial Meller Press, y de allí en adelante se republicó algunas veces por cuenta propia de la autora.

Para algunos de sus críticos es una mezcla entre memoire y novela detectivesca. Para mi es mucho más que eso. Es casi el guión de un documental que en su momento no supimos ver. La búsqueda de Anne por entender todo aquello que la precedió en la vida del Philip y también todo lo que la sucedió, como si de ese modo pudiera dar con las razones de su fracaso amoroso, como si una investigación, por profunda que fuera, permitiera descifrar lo insondable del alma humana.

En 2007, respondiendo a una nota del New Yorker sobre Dick que le pareció injusta, Anne explicó sintéticamente como inció aquella tarea, su primer y único trabajo como escritora.

"After Philip’s death in 1982 I read all of his sci fi novels and stories three times in the order that they were written".

Luego entrevistó a una enorme parte de las personas que lo habían conocido y trazó las líneas de un recorrido confuso. Todos los entrevistados hablaban de él pero, a la vez, y yo pude experimentar esa sensación más de una década después, parecía como si cada uno de ellos, en realidad, hablara de otra persona completamente distinta.

Siempre me parecio que la biografía de PKD que había escrito Anne nunca había sido tenida muy en cuenta. Hoy Anne está cerca de los 85.

Todo llega si tiene que llegar, pensé hoy cuando recibí un mail suyo en el que me anunciaba la republicación de su obra en Tachyon Press y me enviaba el link a la nota que el New York Times le hacía por el acontecimiento.

No hay comentarios: