Joseph Babinski
En su último ensayo para Opinator del New York Times digital, Errol Morris encuentra un nuevo abordaje para una serie de preguntas recurrentes en sus películas y ensayos anteriores. ¿Que procedimientos internos guían la toma de decisiones?¿Hasta que punto es posible conocer el espiritú y la mente humana? ¿Que podemos conocer si desconocemos lo desconocido?
Su relato se incia con un insólito caso policial ocurrido en Pittsburg en 1996. Mc Arthur Wheeler entra a robar un banco a plena luz del día, convencido, como le habían dicho unos amigos, que refregandose la cara con jugo de limón no sería detectado por las cámaras. Descubre el error unos días más tarde, cuando la policía lo identifica y lo detiene tras haberlo visto saludando en el video de segurdiad. En dependencias policiales Wheeler explica que había hecho una prueba con una Polaroid y no había aparecido en la imágen.
Este hecho da origen a una investigación de dos profesores de Cornell University, David Dunning y Justin Kruger, que en1999 publican en el Journal of Personality and Personal Psychology: "Unskilled and Unaware of It: How Difficulties in Recognizing One's Own Incompetence Lead to Inflated Self-Assessments" (una posible traducción sería: "incapaces e ignorantes de esa incapacidad: como las dificultades de reconocer la propia incompetencia llevan a una autoevaluación exagerada de uno mismo").
Allí presentan lo que los autores dan en llamar el efecto Dunning-Kruger, según el cual existe, aseguran, una tendencia cognitiva recurrente en la cual personas incapaces toman decisiones pobres y llegan a conclusiones desacertadas pero su incompetencia les niega la capacidad metacognitiva para darse cuenta de estos errores. Así, los incapaces sufren de una superioridad ilusoria, creyendose más capaces que el promedio y mucho más de lo que son, mientras los más capaces suelen menospreciar sus habilidades y sufren de una ilusoria inferioridad.
Morris recorre este estudio y dialoga con Dunnings que define el efecto que lleva su nombre como una anosognosia de la cotidianeidad.
El término Anosognosia (del griego: a prefijo privativo + nosos, enfermedad + gnosis, conocimiento: “desconocimiento de la enfremedad”) fue acuñado por Joseph Babinski (Paris, 1857-1932), un neurólogo formado con Charcot, contemporáneo a Freud y amigo de André Breton, para denominar una psicopatología que consiste en la negación de una patología neurológica. El paciente no admite que sufre un daño orgánico que lo limita
El caso sobre el que Babinski centra su hallazgo es el de una mujer que, aunque sufre una hemiplegia avanzada, actúa como si desconociera la existencia de la enfermedad y jamás alude a ella. Cuando el médico le pide que mueva su brazo derecho lo hace normalmente. En cambio, cuando le solicita que haga lo mismo con su brazo paralizado, la paciente simplemente ignora el pedido como si no lo hubiese oido o cambia de tema.
El ensayo en cinco entregas, publicadas entre el 20 y el 24 de junio del corriente, se puede leer en el siguiente link:
"The Anosognosic’s Dilemma: Something’s Wrong but You’ll Never Know What It Is" (El dilema del anosognosico: algo está mal pero nunca sabrás lo que es).
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