Jovén guineana, 32 años, madre de una chica de 15, trabaja hace 3 años en el Sofitel. Su abogado declaró que vive un trauma fenomenal y su hermano, entrevistado por AFP -que no reveló su identidad-, dijo que le enoja leer en los diarios europeos la teoría de un complot. Fue a quién su hermana primero llamó apenas llegó la policía y mientras la revisaba un médico, sumida en llanto. Ella no sabía quién era DSK, él tuvo que explicárselo.
En NY están fascinados con la historia. Los medios más sensacionalistas ya hicieron paté con el ex hombre fuerte del FMI y ex potencial presidente de Francia. En Paris no pueden creer el tour de imágenes del acusado y consideran la detención como una toma de posición americana posterior al caso de Polanski que, hasta el momento, y contando con la defensa de buena parte del mundo de arte, la cultura y el cine francés -y es justo aclarar, la propia víctima-, logró eludir la extradición.
Quizás lo más vergonozo del caso DSK es que más que un shock, esta noticia, pareciera haber sido largamente anunciada. El código de etiqueta periodística francesa sugiere que los comentarios sobre la vida sexual de los políticos debe evitarse pero, en este caso, se cuido de reflejar casos previos de violencia y abuso.
En 2006, dos periodistas franceses, Christophe Deloire y Christophe Dubois, escribieron un libro que titularon "Sexus políticus". Si bien la prensa se centró en las revelaciones sobre los presidentes Chirac, Miterrand y Sarkozy, un capítulo estaba dedicado a Strauss Kahn y llevaba el título del Le Monde de ayer en portada: "L´Affaire DSK".
Este material vió la luz antes de que lo nombraran director del FMI. Ese mismo año fue acusado por intento de violación a Tristane Banon, una periodista de 31 años que, además, es hija de una vieja amiga de la familia Strauss Kahn. Según la propia madre reconoce, por sugerencia suya, Tristane desistió de denunciarlo pero no se privó de comentar el incidente en una emisión televisiva. Más aún, ahora, tras el escándalo, su madre reconoció el error y reveló que luego de los rumores, los medios y las editoriales francesas dejaron de contratar a su hija.
Increiblemente, la verdadera noticia termina siendo la judicialización y que ocurra en NY, a la manera americana, con cámaras y flashes, porque las tendencias abusivas de DSK, según parece, ya eran conocidas por todo el mundo.
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