domingo, mayo 15, 2011

La Sally Mancha

El retorno del colodión húmedo a manos de fotógrafos contemporáneos revela lo que la digitalización se empeña en ocultar. En sus inicios, la fotografía era complicadísima, requería de un refinado conocimiento técnico basado en la experiencia, una paciencia y una calma extremas, que daban como resultado placas de vidrio de una precisión y una belleza que hoy parecen imposibles. Los primeros negativos de la historia de la reproducción fotosensible.

El caso de Sally Mann es particular porque ella aprovecha las "imperfecciones" en su manejo del colodión como un elemento central en el desarrollo de su obra. "Es increíble cuanto dependen algunas de mis fotografías de errores técnicos", dice Sally en "What Remains", el documental biográfico de Steven Cantor producido por HBO.  





Los químicos son los mismos y las condiciones técnicas mejoraron notablemente. Sin embargo, pareciera que los fotógrafos del siglo XIX se llevaron a la tumba los secretos para obtener esa calidad forjada en años de trabajo comercial.

Breve raconto histórico: el inglés Frederik Scott Archer inventa el proceso y lo publica en la revista "The Chemist" en Marzo de 1851. Ésta nueva técnica permite combinar el detalle del daguerrotipo con la obtención de multiples copias en papel albuminado a través de una placa negativa.

Tres años después, el colodión hace su debut en la crónica de los conflictos bélicos. Roger Fentón registra la Guerra de Crimea (1854-1856). En septiembre de 1855 se exhiben en Londres 312 de las casi 700 imágenes tomadas en la península del Mar Negro. En pleno campo de batalla, el fotógrafo debía emulsionar la placa de vidrio con el colodión, exponerla y revelarla antes de que se secara y perdiera su sensibilidad (en unos 15 minutos aproximadamente). Lo hacían transportando su equipo en una carreta que servía a la vez de dormitorio y laboratorio de campaña.

Roger Fenton en su carro de campaña durante la Guerra de Crimea.
Durante la Guerra Civil Estadounidense, Matthew Brady supervisa a un equipo de 19 fotógrafos que por primera vez toma imágenes del Oeste Norteamericano y documenta el conflicto con más de 1000 imágenes. Placas de gran tamaño y estereoscópicas que se conservan en vidrio en la biblioteca del congreso en Washington.

Antietam, Md. Bodies of Confederate dead gathered for burial, Autor: Alexander Gardner 1862.
 Ambas colecciones se encuentran en la Library of Congress y pueden ser consultadas en la web.  En el caso de la Guerra de Crimea, en este link se pueden ver y bajar las imágenes en alta resolución. Para las de la Guerra Civil se puede bucear en ésta página. Recomiendo altamente detenerse por un momento en la sección Does de camera ever lie?

En América Latina, la Guerra del Paraguay (1865-1870) es el terreno para el bautismo de fuego de la nueva técnica. La uruguaya casa Bate & Cía. acompaña a las tropas en su incursión en el territorio Paraguayo y su fotógrafo, Javier López, trae las mejores imágenes de la campaña. Algunas se pueden ver en el Portal Guaraní (Col. Javier Yubí).

Para acentuar la humillación del pasado agrego un link a las fotografías de paisajes al colodión tomados por  Muybridge en placas de 60 por 40 centímetros. 

Ayer participé de un taller a cargo de un jóven fotógrafo americano en la galería Meridion. Travis Hocutt se dedica a la enseñanza de procesos alternativos y a la realización artesanal de libros.

En unas ocho horas nos enseñó el proceso y pudimos tomar unas tres o cuatro placas cada uno. Lo más dificil y lo más interesante es la técnica para esparcir el colodión -la emulsión- sobre el vidrio. Para nosotros fue aún más complicado porque en la mezcla utilizamos alcohol en vez de eter cuya venta, al ser un químico precursor para la producción de cocaína, está regulada.

Pero no quiero adelantarme porque en breve subiré el resultado, ampliaré el relato y podré declararme heredero de una renovada tradición: la sally mancha.

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