La técnica de fabricación era bastante compleja. Primero se colocaba una capa adhesiva a una placa de vidrio y sobre ella se pegaban unos ínfimos granos de almidón de papa, teñidos con los colores primarios. Los espacios entre ellos se llenaban con un polvo negro. Luego se sumaba otra capa fotosensible en blanco y negro. En distintos tamaños se vendían las placas empacadas de a cuatro.
Las placas de vidrio, por su baja luminosidad, se proyectaban o se veían con backlights que la misma empresa comercializaba y el resultado era sorprendente para la época. Imágenes que refieren a la pintura puntillista, en tonos pastel, con el esfumado de la fotografía pictorialista que revelaba el vínculo aún estrecho entre la pintura y la fotografía en aquellas primeras épocas de la reproducción mecánica.
Link a la exhibición online de authocromes del sitio Luminous Lint.
Como ocurrió con el colodión en la guerra civil norteamericana y las miles de placas de Mathew Brady, el autochrome tuvo su "bautismo de fuego" en la primera guerra mundial. Existe una extensa colección de imágenes color de la gran guerra, tomadas en su mayoría por un cuerpo de soldados franceses, que se pueden ver acá.
En 1909, Albert Kahn, banquero y filántropo francés, se propuso llevar a cabo "Los archivos del planeta". Un proyecto monstruoso con el que financió reportajes en autochrome por más de 50 países. Unas 72 mil placas y 170 mil metros de película filmada son el resultado del trabajo continuo que culminó en 1931, cuando la fortuna de Kahn, fuertemente afectada por la gran depresión, ya no resistía los gastos de tamaña empresa.
En 1940 Kahn muere en la ruina absoluta y en el inventario de sus posesiones se valúa la colección en 500 francos, el mismo precio atribuido a sus valijas.
Una parte de esos materiales (1740 placas y 12 películas) se puede ver hoy en el museo que lleva su nombre en Boulogne-Billancourt. Aquí el link al sitio (dónde prometen una imagen de Argentina, una de Uruguay y una de Brasil que aún no han sido digitalizadas).
La BBC presentó una serie de documental titulada "The wonderful world of Albert Kahn", acompañada de un libro de David Okufena editado en 2008 que contiene las imágenes del archivo del planeta.
Agradezco a Guillermo Ueno y Lola Goldstein por la sopa mágica de Japón y por haberme presentado a Helena que nos acercó toda esta información.
No hay comentarios:
Publicar un comentario