En varias ocasiones los muchachos se acercaban para pedirme la sombra de sus amantes; las mujeres, la de sus maridos; las personas jóvenes, sobre todo, la de sus madres. Al escuchar el relato de sus penas, yo trataba de alejarlos de su ingenuidad. Mis esfuerzos, sin embargo, resultaron infructuosos frente a una mujer cuyo marido me había conocido; el fue maestro de música de la capilla de Versalles y su esposa estaba inconsolable desde su muerte. Esa mujer concibió la esperanza de que yo podría hacer aparecer la sombra de su
esposo delante de ella, a partir de ese momento, se convirtió en una idea fija que nada pudo cambiar. Ella me acusaba de obtener placer al prolongar y aumentar su dolor debido a mi negativa. Ví a una mujer a punto de perder la razón: me dirigí a la policia y pedí permiso para aliviar la pena de esta mujer creando una ilusión que no podría realizarse más que disipándola.Este permiso me fue otorgado, entonces me dediqué a persuadirla, con gran insistencia, de que si esta evocación fuera posible, el poder no podría ser usado más que sólo una vez. Dibujé de memoria las facciones de su marido; la imaginación de la enferma haría el resto. En efecto, en cuanti apareció la sombra ella gritó: "¡Oh, mi marido, mi querido marido! Te vuelvo a ver. Eres tú, quédate, quédate, no me dejes tan pronto. La sombra se acercó casi a la altura de sus ojos; ella se quiso levantar pero la sombra desapareció.; la mujer se quedó desconcertada y después derramo abundantes lágrimas. Su dolor se suavizó. Ella me lo agradeció de una manera expresiva; me dijo que tenia la certeza de que su marido todavía la veía, la escuchaba, y que eso sería, durante toda su vida, una dulce consolación.
Fragmento de "Memorias recreativas, científicas y anecdóticas del físico aeronauta E.G:.Robertson, conocido por sus experiencias de fantasmagoría y por sus asenciones aerostáticas en las principales ciudades de Europa; profesor de física", París, 1840; publicado en la revista mexicana Luna Cornea, Num. 28, 2004.
En la imagen se ve una escena fantasmagórica de su tumba en Paris.
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